S02E03 (12): La Música Maldita

Donde el grupo descubre más sobre los líderes de la secta en Ciudad de México, su precipitada huida, y se sorprenden y horrorizan con los potenciales efectos de la música de De La Luz combinada con el Néctar.

Martes, 04/12/1934

La Casa de Cortéz

El grupo se reúne en el desayuno y deciden que lo primero que van a hacer es ir a la casa de Víctor Cortéz, para tratar de averiguar dónde vive Leticia De la Luz. Dado que tienen las llaves, es sencillo llegar hasta allí, un modesto bungalow en el límite residencial de Coyoacán, con un pequeño patio. La casa está rodeada de casitas similares, algunas con gallineros o pequeños corrales en los patios.

La caja de cerillas

El grupo da una vuelta y entran por la parte de atrás, la cocina. Ni esta ni el baño ni el pequeño dormitorio tienen nada de interés, pero cuando llegan a la sala de estar en la parte frontal la cosa cambia. Alguien ha escrito en una sustancia naranja (por supuesto, es Néctar) HASTA LUEGO en el muro sobre la chimenea. Cuando los investigadores cogen e inspeccionan los objetos sobre la chimenea (ahí está la caja de cerillas que buscan), alguien les dispara a través de la ventana. Un francotirador está en el edificio de enfrente, en la azotea; por suerte su primer disparo falla (literal, un 1 en el d6) y todos se tiran al suelo, dirigiéndose hacia la parte posterior de la casa, mientras Joseph y Udko tratan de atraer el fuego hacia la parte delantera de la casa. Margaret logra dar la vuelta y sorprender al tirador, un tipo con los ojos como bolos, que se mastica el labio todo el rato y está sudando como un adicto con abstinencia, que es lo que le pasa. Usando Jerga Policial Maggie consigue hacer creer a los vecinos que ella es policía con lo que demora que alguien avise a la autoridad, y se lo llevan a un descampado a toda mecha. El interrogatorio revela que él y otros como él no han visto ni a Jonathan Brooks ni a un tal Kirill Konovalov desde hace semanas, y además el suministro de Néctar se está secando. El método es que ellos dejan informes en la conserjería de casa de Brooks (nº 64 c/ Río Tigris) y también reciben allí instrucciones de Konovalov sobre cuándo les llamarán para darles órdenes (se pasan por allí regularmente). Joseph se queda el fusil del tipo, y le obligan, usando Intimidación, a componer un falso informe para el ruso, que entregará acompañado del grupo. 

El Apartamento de Brooks

Le llevan hasta el apartamento de Brooks, para que sea él mismo el que lo entregue y que no haya sospechas. La estrategia además permite distraer al portero y permite que Joseph y Margaret se cuelen y suban hasta el apartamento de Brooks, que en la visita anterior no pudieron investigar a fondo, por lo de los pájaros monstruosos. 

El piso de Brooks es un lujoso ático que ha sido abandonado a toda prisa, pero voluntariamente. El ascensor requiere una llave para permitir el paso, pero la Cerrajería de Margaret es más que suficiente. Lo primero que advierten es que alguien ha pasado una hoja de papel bajo la puerta, dentro de un sobre manila con una tarjeta adjunta de Víctor Cortéz. El papel es un informe, firmado por un tal D., que describe que al parecer Brooks quería averiguar dónde estaba Cortéz, y que este se había fortificado en su oficina. El vigilante no le había visto (aún) contactar con nadie de fuera. Pregunta si le deben dar una paliza o dejarlo en paz. Y que hay un topo (no se identifica) que espera instrucciones sobre si seguir su vigilancia o no. Los investigadores deducen que debe ser Gonchi del Toro, el topo. Como Brooks nunca llegó a leer esto ni dio más instrucciones, esto explica por qué Cortéz sigue con vida, o al menos intacto. 

El resto del apartamento muestra que está acondicionado para dos personas, una pareja de hombre y mujer, que se marcharon hace varias semanas ya; la única otra cosa interesante es que hay un frasco caído en el suelo que contiene lo que Joseph identifica como un potente narcótico (que será muy importante en la siguiente sesión). Los investigadores salen por el vestíbulo sin llamar la atención del conserje. 

El apartamento de Leticia De La Luz

De allí marchan a la dirección de la caja de cerillas, un modesto apartamento en un edificio de pisos similares (21 en total). El grupo entra en el piso y se encuentran con que ha sido previamente limpiado, por alguien que se marchaba con prisa y no por alguien que estuviera buscando algo. Los investigadores encuentran varias cosas de interés: en la mesita de noche, una apasionada carta de amor con un inquietante poema que Brooks le dirigió a De la Luz, y un flyer de una actuación de Javier Luna y Leticia del pasado mes de abril, en el bar La Paz. También descubren que alguien ha mutilado numerosas fotos de Leticia, rasgando el rostro a la altura de la nariz y la mandíbula. 

Visto el apartamento, los protagonistas hablan con los vecinos y la casera de Leticia, obteniendo un cuadro bastante elocuente: era una inquilina y vecina bastante molesta, con demasiadas fiestas siempre en casa. Y mucho mucho sexo, toda la noche. En todo caso, lleva semanas sin aparecer por allí. La casera confirma que Brooks pagó un año de alquiler por adelantado, del que le quedaban 4 meses. 

En este punto el grupo decide dividirse: Udko, Dorothy y Joseph se dirigen a la UNAM para tratar de identificar la montaña en el mural del altar de Brooks, mientras que Rafaela y Margaret se deciden a patear la calle para averiguar más del tráfico de Néctar. Ninguno de ellos tendrá especial éxito: a pesar de que los PJ están convencidos de que la montaña debería estar en Yucatán, y que la expedición de Domínguez trataría de ello, no encuentran nada que se parezca en ningún atlas. Podría estar en cualquier parte del mundo. Por su parte, el otro grupo averiguan que en México, al contrario que en Los Ángeles donde el Néctar se vende a domicilio, la distribución tiene lugar en las llamadas fiestas de guerrilla, fiestas que pueden tener lugar en uno de varios posibles locales, y que se avisan poco antes, a menudo horas antes, mediante los tablones de anuncios de diferentes locales. Pero hace semanas que el suministro se está cortando y que no se hacen fiestas (La Paz aparece varias veces como un sitio donde se hacen fiestas y donde enterarse de las fiestas). Pero no parece haber hilo del que tirar. Sin embargo…

Una Canción en la Ciudad

Tras una frustrante tarde en la calle y la UNAM, el grupo se reúne en Coyoacán para ver cuál es el siguiente paso. Mientras conducen por las calles, escuchan la música de De la Luz, pero esta vez una canción que no conocen. Y a continuación, un disparo. Paran el coche e identifican que la música viene de un apartamento en esa calle, donde entran sin pensar ni mucho ni poco. Dentro, dos hombres parecen haberse matado mutuamente, uno de ellos cortando el cuello del otro, y recibiendo un balazo en el pecho de éste. Viales de Néctar vacíos y un tocadiscos con la música de De la Luz en él completan la escena. Pero algo pasa: Joseph parece caer bajo el influjo de la música, quizá por haber consumido antes Néctar, ¡y dispara a Rafaella! Por suerte, el disparo falla y consiguen reducirle, pero esta Canción del Cuco parece incitar a la violencia en aquellos susceptibles. Joseph queda Conmocionado por lo que acaba de pasar, y el grupo huye al hotel con él, para que el doctor Udko pueda ayudarle. El grupo decide que su objetivo para el día siguiente será localizar el bar de La Paz.

Decid algo, gañanes.